La digitalización aporta confianza y transparencia al Tercer Sector

Tradicionalmente, el Tercer Sector en España ha estado a la cola de la digitalización y hay varias razones para ello: desde el presupuesto limitado de las ONGs y las entidades sociales hasta, por ejemplo, su foco de atención en las personas con los medios disponibles en cada momento.

Sin embargo, a día de hoy se puede decir que este sector está inmerso en un proceso de cambio y ya está incorporando nuevas tecnologías, con las que mejoran la relación con donantes, clientes y personas beneficiarias de ayudas. Muchos dicen que ha sido la crisis del Covid-19 la impulsora de este cambio y en parte tienen razón pero no es el único motivo puesto que la revolución digital ha llegado al Tercer Sector después de años de reflexión interna y de replanteamientos de los procesos con el objetivo de mejorar el impacto de las ayudas. 

Tod@s nos acordamos de las llamadas “colas del hambre”, esas cientos de personas esperando a recibir alimentos o bienes de primera necesidad en las puertas de las entidades sociales. Es cierto que esta situación se agravó durante la crisis del Covid, pero es importante indicar que viene de años atrás, una constante que se ha vivido tanto en estas entidades como en las ONGs. Por eso surgieron preguntas y se empezó a investigar vías más dignas para entregar ayudas a las personas.  

En Coometas nos ronda esa pregunta desde hace tiempo también, pero si bien el acceso a los bienes de primera necesidad es un foco muy grande en el que trabajamos, también tenemos otros objetivos como innovar gracias a la digitalización, el seguimiento a las familias, la captación de fondos y donaciones o los reportes, que son grandes áreas con mucho potencial de mejora gracias a los medios digitales.

 

¿Cómo contribuimos desde COOMETAS a la digitalización del Tercer Sector?

Nuestra primera incursión fue a través de nuestra App contra el desperdicio de alimentos Encantado de Comerte, como medio para mejorar las vías por las cuales se entregan bienes de primera necesidad a las familias vulnerables. Gracias a ella nos dimos cuenta de que: 1) No tiene sentido que el sistema de acceso a bienes de primera necesidad se base en bancos de alimentos donde las familias no pueden elegir lo que se llevan 2) Si bien es cierto que existen tarjetas monedero, estas dejan de lado por completo al pequeño comercio de barrio 3) Se necesitan herramientas ágiles que den respuesta a situaciones de emergencia 4) El sistema de reportes y justificación es un área donde las entidades sociales destinan muchos recursos y nosotros podemos hacer algo por mejorarlo.

 

Basándonos en lo aprendido con la App, hemos desarrollado un sistema basado en “vales electrónicos”, que conectan los fondos disponibles en el Tercer Sector con el comercio de barrio, ofreciendo a las familias beneficiarias un sistema de pago centralizado en una App móvil. De esta manera, conseguimos eliminar la estigmatización, lucha contra la brecha digital y devolver la autonomía que cada persona ha de tener para poder cubrir sus necesidades.

De cara a las entidades con las que colaboramos, el panel de monitorización que hemos desarrollado permite una gestión ágil de las campañas de ayuda, una base de conocimiento sin precedentes sobre los hábitos de consumo de las personas perceptoras de ayuda y un sistema de justificación y reporting que ahorra mucho tiempo a los trabajadores y trabajadoras sociales, para que éstos puedan dedicar su tiempo a lo que realmente importa: atender a las personas beneficiarias.

 

No nos olvidemos de la digitalización en el proceso de donación…

Sin duda, la entrega alimentaria no es el único área donde la digitalización puede jugar un papel relevante, el sistema de donaciones también puede verse beneficiado con la innovación.

Cada vez más, el donante exige total transparencia en el proceso de donación y una mayor agilidad a la hora de donar, pero sin perder la conexión emocional con el proceso de donación. La conexión emocional se ve claramente cuando una persona compra un paquete de garbanzos y lo dona a una ONG. En ese proceso no hay duda de a dónde va a parar la donación: es un paquete de garbanzos que va a ir a parar a una familia. El problema viene cuando donamos un importe económico, que es cuando la conexión emocional desaparece, porque no tenemos apenas información de en qué se va a gastar ese dinero y si se va a hacer de forma adecuada, cubriendo las necesidades de la persona o familia beneficiaria.

Dicho esto, uno de nuestros objetivos es hacer el proceso de donación más transparente, más conectado con el destino de la donación y que a su vez atraiga a los sectores más jóvenes de la sociedad acostumbrados a medios digitales. Porque lo que no tiene sentido es mantener las vías de donación y los procesos tradicionales si el paradigma ha cambiado.

Desde la Asociación Española de Fundraising, en su artículo sobre los Jóvenes y las ONGS, indican que “las posibilidades económicas junto a la desconfianza es una de las principales barreras contra la colaboración”. Y de aquí nuestra obsesión por ofrecer mayor transparencia a los donantes (y no basta con las memorias anuales de las entidades sociales).

En Coometas estamos convencid@s de que un sistema que proporcione transparencia en tiempo real a las donaciones y agilidad de cara al donante puede marcar la diferencia y establecer una nueva tendencia. Gracias a nuestro sistema de “vales digitales”, podemos conocer el estado de cada vale en tiempo real, informando al donante sobre el destino de su dinero. Por ejemplo, en nuestra herramienta, con tan solo introducir el código de seguimiento, los donantes podrán saber si su donación ha sido entregada ya a una familia o si ésta lo ha gastado en un comercio de barrio, conociendo información sobre el día y la hora de la compra.

 

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