Adrián Espinosa, una mente creativa en Coometas

Adrián Espinosa puso el germen de Coometas junto con Enrique de Miguel cuando crearon “Nice to eat you”, la primera aplicación que luego, con la entrada de Gabriel Ramas, se convirtió en Encantado de Comerte. 

Adrián siempre ha sido, como él dice, “un culo inquieto“. Diseñador e ilustrador, siempre ha compaginado su actividad profesional con el baile, su otra pasión y con la que recorre escenarios por todo el país. Ya graduado como ingeniero de diseño industrial y con Máster en ilustración editorial y publicitaria cursado en Madrid, se pasó casi dos años en la capital “dibujando, danzando y buscándome las habichuelas“. Fue entonces, después de ese tiempo, que volvió a Zaragoza: “Decidí volver a mi tierra y allí trabajé en varios estudios de diseño y de desarrollo de software, hasta que me hice mi cartera de clientes, lo que me permitió hacerme autónomo. Esto se resume muy rápido, pero que me costó lo suyo. Viajaba mucho, iba y venía a Madrid para bailar, trabajaba en casa, en Zaragoza Activa, en el tren o en cualquier cafetería con wifi que pillaba“. Todo esto trajo un Adrián más que curtido y con más ganas aún de seguir abriendo caminos.

Primer emprendimiento: el germen de Coometas

Los inicios de Coometas, o Nice to eat you (así empezamos) fueron poco ortodoxos cuanto menos“, cuenta Adrián. Fue en el año 2016 cuando un antiguo compañero de la carrera, le llamó y le contó que un amigo suyo estaba buscando un diseñador para llevar a cabo un proyecto nuevo. “Ese amigo era Kike y yo, por aquel entonces con 23 años y ganas de comerme el mundo, dije que sí sin dudarlo. Fue entonces cuando Kike me contó que, andando por las calles de Bruselas, le rondó una pregunta en la cabeza: ¿Cómo puede ser que, en el mismo barrio, el supermercado tira kilos y kilos de comida en buen estado antes de cerrar, y al mismo tiempo haya gente pidiendo algo que echarse a la boca? Tenía claro que algo se podía hacer, y pensó en una aplicación contra el desperdicio de alimentos. Así que nos pusimos manos a la obra“.

Este nuevo equipo tuvo meses de formación (conjunta e individual), de investigación, mentorías y colaboraciones con otros profesionales en Zaragoza Activa, que fue donde les apoyaron y gracias a los cuales presentaron su proyecto al concurso Startup Pirates de Zaragoza. “¡Ganamos! Fue un super hito, era una idea rompedora en España (más aún en Zaragoza) y muchos medios se interesaron en nosotros“, recuerda Adrián. A la vez que iban materializando y aterrizando la idea y convirtiéndola en proyecto, hacían entrevistas con La Ser, El País, Telecinco, la Cope, etc. Y así, poco a poco, lanzaron una “aplicación rudimentaria“.

Pero nada es tan fácil, y menos cuando emprendes, así que la cosa se fue enfriando: “Fue muy difícil conseguir que los comercios confiaran en nosotros, Zaragoza es una ciudad complicada cuando se trata de abrir mercado, como estábamos haciendo nosotros, con todo lo que eso suponía“. El equipo empezó a dispersarse y a dedicar menos tiempo al proyecto, que iba perdiendo fuerzas por momentos.

Justo entonces llegó una llamada desde Madrid: “Un tal Gabriel (actual CEO) quería ofrecernos una fusión de su proyecto con el nuestro. En ese momento, ya solo estábamos Kike y yo como equipo, y se nos abrió el cielo. Gabriel ya tenía una buena red de comercios en Madrid, así que entre los tres llegamos a mucha más gente, pudimos dar un buen empujón en inversión, luego llegó la formación de la sociedad limitada y por fin un mínimo producto viable en condiciones…“. A partir de ahí sólo había un camino: el del crecimiento y el aprendizaje. Poco a poco el equipo empezó a crecer, llegaron a nuevas ciudades y superaron rondas de financiación cada vez más exigentes. “Todo el esfuerzo había merecido la pena“.

Adrián en Coometas

A día de hoy, mi papel en Coometas está mucho más especializado que en los inicios, cuando a todos nos tocaba hacer de todo, como es lógico cuando se emprende un proyecto. Ahora, básicamente, me encargo de la identidad visual de Coometas, de todo el desarrollo corporativo, gráfico y web de la marca y, por supuesto, de la interfaz y la experiencia de usuario de nuestra aplicación móvil. Mi labor es diseñar muchas pantallas, proponer creatividades para redes y campañas de publicidad, crear toda la comunicación visual, hasta las presentaciones con posibles clientes y stakeholders“.

Evolución de la imagen corporativa de Coometas

De “Nice to eat you” pivotaron, con la entrada de Gabriel, a “Encantado de Comerte”, algo que encajaba perfectamente con los inicios del proyecto pero, con el tiempo y la profesionalización del mismo, ya no representaba lo que era la empresa en la que se habían convertido. “El hecho de centrarnos en el trabajo con entidades sociales como herramienta de adquisición de alimentos para familias en situación vulnerable, cambió nuestro modelo y con ello la concepción de lo que aspirábamos ser. En consecuencia, tanto nuestro nombre como nuestro logo-marca, debía ir en la misma dirección“, dice Adrián.

Habría que crear una nueva marca, pensar nuevo nombre, darle nuevo logo, elegir nuevos colores… La nueva imagen de marca empezó a cocinarse, buscando que cuadrara con la nueva definición de la empresa y que representara tanto al equipo como a los usuarios, que impactara y que les diferenciara en el mercado. Este nuevo camino lo hicieron en colaboración con la agencia creativa Acute Brand Studio.

Queríamos transmitir que nuestro rol es ser el resorte, la plataforma de comercio local, inclusiva y sostenible que impulsa a la gente a conseguir sus metas mientras cooperan para conseguir un mundo mejor. Hicimos todo un estudio de lo que éramos y de nuestras bases. Hicimos algo así como un manifiesto alrededor del cual dar forma a la nueva imagen corporativa: Creemos en una sociedad más justa y queremos cuidar de las personas en situación vulnerable, para que puedan hacer su compra sin estigmas, de forma anónima, a través de nuestro sistema de canjeo de ayudas sociales desde la misma app. Creemos también en el comercio de proximidad y en el hacer barrio…“. Después de mucho pensar, dieron con el nombre: Coometas.

Coometas era la palabra. Tenía todo lo que queríamos: Vocablos que evocan desarrollo, evolución, cooperación, proyección. Coometas hace referencia al impulso que necesitas para ser y conseguir lo que quieras, para salir de tus dificultades, para desarrollarte como ser humano, con la colaboración conjunta de una red de personas. Además, pensamos que sería importante tener una palabra clave, que nos identificara y que poder utilizar de manera recurrente. La teníamos y era “VIDA” reflexiona.

¿Y por qué estos colores? “Queríamos una marca verde, pero a la vez no excluyente, llena de color, diversa y adaptable. Diseñamos una gama con mucha luz, amable y brillante. Esto nos diferenciaba de la competencia, muchas veces encorsetada en una gama monocromática, y nos daba mucha versatilidad para comunicar y adaptarnos a cualquier tipo de mensajes“.

En cuanto al logo, buscaban algo sencillo, en el que la tipografía fuera la base gráfica pero con un claro símbolo integrado en ella. “El muelle de la “m” era perfecto, ya que representa ese impulso que todos necesitamos para crecer. Además, su forma orbital nos encajaba con el concepto de cometa y a su vez conectaba con el nombre. Elegimos tipografías e identificadores visuales acordes a nuestro logo para reforzar la comunicación gráfica, esto unido a una iconografía e ilustraciones sólidas, robustas y geométricas, conformaron una marca diferenciada y con mucha, mucha personalidad“.

Una marca fuerte y a la vez amable, divertida pero profesional y asentada, única pero adaptada a un contexto y un sector en constante evolución. Y lo más importante, llena de VIDA.

Los grandes aciertos y los grandes aprendizajes de este emprendimiento

Creo que uno de nuestros grandes aciertos fue estar rodeados siempre de un buen equipo de profesionales. Siempre hemos sido conscientes de nuestras carencias, de todo lo que no sabíamos, de todo lo que podíamos fallar, y de hasta dónde podíamos llegar. Por ello, siempre hemos estado rodeados de grandes equipos en los que apoyarnos y de los que aprender. A lo largo del tiempo aprendimos qué, cómo y a quién delegar las tareas que no eramos capaces de hacer, por falta de tiempo y/o conocimientos“, dice Adrián.

Otro de los aciertos, sin lugar a dudas, ha sido la constancia y el tesón del equipo fundador. Tener plena confianza en nuestra idea, y no solo creer en ella, sino estar convencidos de que es algo bueno para todos y que sin duda aporta su granito de arena para construir un lugar mejor en el que vivir.

¿Aprendizajes? Muchos. Un grupo de jóvenes con buenas intenciones y una muy buena idea es garantía de éxito. “Aprendimos a base de pequeños tropezones que, eso sí, nos hacían coger cada vez más impulso. Quizá uno de los mayores errores fue querer correr mucho en poco tiempo. En la fase incipiente de Nice to eat you en 2016, nos lanzamos al mercado con una aplicación que supuso un esfuerzo financiero muy fuerte y que no cumplía con nuestras expectativas ni las de nuestros usuarios, y eso no nos vino nada bien. Aprendimos que antes de nada hay que validar mil hipótesis, testear, aprender del comportamiento de nuestro target, y construir una masa crítica de usuarios y comercios al mismo tiempo para ganar confianza poco a poco. Con esto evitamos errores en la fase de Encantado de Comerte“.

Consejos de Adrián para emprender

  • Tener ahorros o trabajar de otra cosa mientras emprendes: Cualquier proyecto conlleva una inversión, si no de dinero, de tiempo, un tiempo que no te va a generar ingresos, y tenemos la manía de comer todos los días.
  • Rodearte de un buen equipo multidisciplinar. Puede parecer cliché, pero creo que es lo más importante. Los primeros meses la mano de obra propia y la materia gris es lo que va a construir las bases de un proyecto con mucho recorrido. Cuanto más profesional, dispuesto y motivado sea este grupo de personas, más lejos podrás llegar. No creas que lo sabes todo, ten humildad y sé consciente de tus limitaciones y las de tu equipo.
  • Creer en tu idea, pero estar dispuesto a romper tus esquemas mentales para adaptarte a lo que necesita el mercado. Es algo que ha salido en múltiples mentorías y conversaciones: “Esta todo inventado”, “no te enamores de tu idea, puede que ya se le haya ocurrido a otro y no le haya funcionado”, “si esto no existe puede ser porque el mercado no lo necesite…”, “no fuerces a que el mercado consuma tu producto, adáptate a las necesidades del mismo” . Quizá tienes la seguridad de que la dirección del proyecto que pensaste en un principio es la correcta. Pero debes estar dispuesto a pivotar, cambiar de modelo de negocio, reestructurar tu plan, tomar decisiones difíciles que van a hacer que la idea que tenías en tu cabeza en un principio, no sea exactamente igual.
  • Tener constancia, y estar dispuesto a hacer de todo (desde labor comercial hasta de comunicación, pasando por trabajos de ingeniería fiscal), que no se te caigan los anillos.
  • Prueba todo lo que puedas, testea desde el principio. No tengas miedo a equivocarte, a veces hay que tirarse a la piscina para demostrarte a ti mismo que estabas equivocado (o en lo correcto). Por supuesto empieza con el mínimo coste, pero prueba. Solamente validando hipótesis vas a llegar a un conocimiento genuino de cómo hacer las cosas.

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