Ramón, un frutero de toda la vida

La frutería de Arganzuela a la que ir cada día

Ramón lleva el ser frutero en la sangre; cuando empezó en el oficio, apenas levantaba
un palmo en el suelo y ya ayudaba a sus padres en el negocio. Ya lo dice él, “yo es que
soy frutero desde muy chiquitito, vamos, que no sabría hacer otra cosa y tampoco
querría, porque me apasiona mi trabajo”.

Ésta frutería lleva funcionando en el número 118 de la calle Embajadores más de 24
años, desde que un día Ramón pasó por el local, que por aquel entonces estaba vacío,
lo miró y soñó con tener ahí su propia frutería de barrio. Dicho y hecho, se puso manos
a la obra y conquistó el barrio. A base de mucho esfuerzo y trabajo, se hizo con los
vecinos y se convirtió en uno de los comercios locales de Arganzuela con más solera.
Encarna, sin embargo, no viene del sector, sino que trabajaba en una tienda de
fotografía. “Fíjate el cambio, de estar en un laboratorio de fotografía a vender fruta. Yo
entré y no tenía ni idea de frutas ni verduras, más allá de lo normal; todo lo que sé me
lo ha enseñado él”, dice Encarna, que entró a trabajar con Ramón dos años después de
que éste abriera el negocio, hace unos 22 años.

Por qué comprar en una frutería de barrio

Yo creo que en un comercio local como el nuestro es muy importante la proximidad,
porque es cómodo, pero también la cercanía en el trato y la confianza. Nosotros no
engañamos porque sabemos que si un cliente viene y no queda contento, no vuelve”,
dice Ramón. “Exacto”, continúa Encarna, “procuramos mimar al máximo a nuestros
clientes, tener siempre cosas nuevas y darles siempre lo mejor que tenemos, que ya de
por sí es bastante bueno porque nos preocupamos mucho de que así sea”.

Comprar en un comercio local como Kissfruit Embajadores 118 tiene otras ventajas
como su servicio gratuito de reparto a domicilio en el barrio y lo que nos dice Ramón:
Cuando llega producto especial o muy demandado, si eres cliente habitual, te
avisamos el primero, claro”.

Después de tantos años trabajando juntos, la complicidad entre ambos es evidente.
Cada mañana colocan toda la mercancía nueva que Ramón ha ido a elegir
personalmente, cuando aún la ciudad dormía, a Mercamadrid. Trae de todo, sobre
todo productos que en otras fruterías no puedes encontrar: borrajas, pitayas rojas,
tirabeques, grosellas, kale, tomates catalanes de restregar, coliflores moradas…
Vamos, que aproximadamente un 50% de los productos que tenemos son especiales”,
apunta Encarna.

La judía gallega es la estrella número uno de nuestra frutería”, dice Ramón orgulloso,
y siempre intentamos traer productos de temporada, además de algunos especiales
de importación. Por ejemplo, ahora en invierno es temporada de cítricos, la fresa
empieza ahora fuerte, la coliflor, el romanescu, la coliflor morada, la acelga roja, bimi,
que también es muy rico, el kale, borraja, grelos, berza, el Portobello, la sanguina…

 

Kisstruit lleva vendiendo sus productos en Encantado de Comerte muchos años

Hace muchísimos años que colaboramos con la aplicación Encantado de Comerte y
eso nos ha supuesto vender mucho más que antes, porque hay productos que la gente
no quiere porque tienen un aspecto menos comercial y antes había que tirarlos o nos
los llevábamos a casa para comérnoslos porque no estaban para ir a la basura. Con
Encantado de Comerte esos alimentos se aprovechan y para nosotros, además de
aumentar los ingresos, nos supone una tranquilidad porque no se desperdicia tanta
comida apta para ser consumida”, dice Ramón. Encarna añade que “cuando viene un
cliente a través de la aplicación, normalmente siempre acaba cogiendo algún producto
más y, poco a poco, se va haciendo cliente habitual”.

Podéis encontrar Kissfruit en la calle Embajadores 118, metro Embajadores (línea
amarilla y verde).

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