Enrique de Miguel es Cofundador de Coometas, junto con Gabriel Ramas y Adrián Espinosa.
Kike, es licenciado en Ciencias Físicas por la Universidad de Zaragoza, además de haber cursado un Master Europeo en Energías Renovables, con especialización en energía eólica. ¿Cómo llega entonces al Tercer Sector y a fundar Coometas? Vamos a hacer de Wikipedia y a contarte todo ello que se puede saber de él.
Experiencia y recorrido personal hasta elegir la carrera que estudió
Kike siempre cuenta que tiene una relación muy cercana con su familia y en ella se ha dado mucha importancia a los estudios: «Mi abuelo era meteorólogo, lo que despertó en mí la curiosidad y ganas de aprender cosas del mundo que nos rodea. Es verdad que en el colegio y el instituto siempre fui un alumno que buscaba el aprobado (para qué destacar), ya que eso de estudiar me parecía extremadamente aburrido; prefería jugar al tenis o bailar«. Pero, con el tiempo, fue centrándose y siguiendo la estela familiar, encontrando su vocación y, finalmente, estudiando Físicas en su ciudad natal.
Comerse el mundo: primeras estancias en el extranjero
«Mi primera experiencia fuera de España sucede en el erasmus. Estudié en Oldenburg, al norte de Alemania y fue un cambio de realidad increíble: desde descubrir el vegetarianismo, hasta el concepto de vivienda compartida (nada que ver con las de España) o ir descalzo por la universidad«, recuerda Kike.
Al terminar la carrera, volvió a Oldenburg para perfeccionar su alemán y más adelante, en 2012, decidió mudarse a Berlín, una experiencia que cambió su vida para siempre: «Supe que quería tener una conexión con esta ciudad«. Estando allí decidió estudiar un máster europeo en energías renovables, para lo cual tuvo que pasar cuatro meses más en España y luego otros cinco meses en Atenas, para cursar la especialización de energía eólica. «Las prácticas, cómo no, las hice en Berlín, mi lugar en el mundo«.
Al terminar el máster, Kike se fue Bruselas, donde vivió dos años. «En Bruselas trabajaba en una empresa increíble y en la que disfruté enormemente; parte del tiempo lo pasaba en la oficina y parte en el mar, donde hacíamos operaciones para hacer mediciones de viento para la posterior instalación de molinos marítimos«. A esto le siguió un año más en el norte de Alemania y dos años de nuevo en Berlín en un operador de parques eólicos. Después… ¡Encantado de comerte y Coometas! «De algún modo, el hilo conductor de mis experiencias en el extranjero han sido las ganas de ampliar mi zona de confort y buscar mejores oportunidades laborales«.
De cómo llegó al Tercer Sector y a fundar Coometas
«Desde el momento en el que me di cuenta de que quería emprender vi que tenía dos opciones: o bien emprender por el bien común, o directamente no emprender, porque, puestos a elegir, mejor buscar ideas que busquen un impacto positivo frente a aquellas que buscan simplemente el enriquecimiento. Lo primero fue ver que había que frenar el desperdicio alimentario, algo a lo que no le veo sentido alguno y me parece tremendamente insolidario. Lo siguiente fue resolver la paradoja de “el barrio no consciente” ¿cómo puede ser que en una misma calle de un barrio cualquier haya comercios tirando alimentos a la basura y familias que necesitan de esos alimentos? Esto me llevó a interesarme por ver cómo conectar estos dos problemas y poco a poco e investigando, fui desarrollando la motivación por hacer que las cosas mejoren para aquellas personas en situación complicada«.
Primer emprendimiento de Kike
«En el año 2016, durante un paseo por Bruselas, se me ocurre la idea de una App contra el desperdicio e investigando ideas similares me topo con Too Good To Go y en ese mismo instante supe que esa idea sería el germen de mi nuevo desarrollo profesional. De hecho, esa tarde estaba con mis padres y mi hermano en Bruselas y les dije: “Acordaos de este momento, porque os aseguro que esta idea que se me ha ocurrido va a ser mi futuro profesional». Durante un tiempo Kike se dedicó a conceptualizar la idea y junto con Adrián Espinosa (actual socio de Coometas) y otro compañero decidieron crear la empresa de “Nice To Eat You”, con la que salieron en El País y ganaron un concurso de startups en Zaragoza. «Lamentablemente, la idea se quedó en eso, una idea y no salió a flote… pero a finales de 2017 recibo un mensaje de Gabriel Ramas por Facebook proponiéndome unir fuerzas para desarrollar nuestras ideas en conjunto. Fue una apuesta súper arriesgada, pero no sin pocos esfuerzos, parece que fue una buena apuesta«, recuerda Kike.
De Encantado de Comerte a Coometas
Si duda, Encantado de Comerte no refleja al 100% lo que es Coometas. «Coometas tiene una visión mucho más amplia, quiere hacer más y mejor y para ello tiene que evolucionar. Coometas da espacio a la ampliación de miras, no está tan encasillada. En cuanto Encantado de Comerte, en algún momento dejó de ser únicamente una APP para salvar alimentos, así hubo que ir más allá y sacar adelante algo con un horizonte más amplio, de ahí nació Coometas. Coometas quiere seguir creciendo para, cada vez más, contribuir a que las personas consigan sus metas. En especial aquellas personas que no tienen el privilegio de tener una vida normalizada«.
El futuro de Coometas
«Coometas quiere posicionarse como referente en la innovación tecnológica en el Tercer Sector. Queremos ser la herramienta que ayude a personas e instituciones sociales a mejorar las vías de ayuda existentes para que las personas sean más y mejor atendidas. Todo esto ha de hacerse en un marco de rentabilidad económica y social. Queremos que el avance tecnológico influya en el avance social«.
Errores y aprendizajes de sus proyectos de emprendimiento
«El primer error es pensar que tener una buena idea es sinónimo de éxito y que si la compartes te la pueden robar. La idea es una parte muy pequeña de la empresa, es la ejecución la que realmente cuenta. Aprendí a hacer las cosas siguiendo el método Lean https://theleanstartup.com/, que dice que hay que invertir poco para sacar algo rápido al mercado, medir resultados e iterar hasta mejorar el producto. Aprendí que no se puede uno guiar por corazonadas ni actuar en base a suposiciones, que suelen responder más a sentimientos personales que a verdades sólidas. Aprendí que, si hay posibilidad de que algo falle, ten por seguro que fallará y que más vale estar preparado. También aprendí que lo importante es detectar los tallos verdes e ir a por ellos lo antes posible, pero sin duda, lo más importante de todo es MANTENER EL FOCO. Si has decidido que el foco está en una dirección concreta, no te desvíes hasta que tengas indicadores de hacerlo. De lo contrario irás como un pollo sin cabeza todo el tiempo«.
Qué cosas tiene que tener un emprendedor, según Kike
- Entiende bien en lo que te metes. Concreta tu idea, haz un plan e intenta rodearte de gente con la que formar un buen equipo
- Detecta bien si vas en el buen camino. Cuando haya destellos de que otro camino es mejor, no dudes en PIVOTAR. La idea original puede distar mucho del proyecto final, que no te importe.
- Escríbete una carta motivadora cuando te encuentres en un momento de alta motivación. Que te sirva de punto de anclaje para aquellos momentos en los que estés devastado. Los vas a tener.
- Comparte tu idea con todo el mundo. Las probabilidades de que te la roben son muy bajas. Con cada feedback podrás ir modelando la idea hasta convertirla en un caballo ganador.
Qué cosas no tiene que hacer un emprendedor, según Kike
- No te flipes: Seguramente tu idea la han tenido más personas, lo importante no es la idea sino la ejecución.
- No te enamores de tu proyecto. Puede ser que se convierta en un pozo sin fondo y lo pierdas todo por no haber reconocido que, simplemente, tu idea no vale tanto.
- No te compares con otros emprendedores/as. No tienes ni idea de dónde vienen ni lo que traen en su mochila.
Cómo es Kike a través de los años
«El Kike de hoy en día es una persona más meticulosa que tiende a preguntarse más las cosas y es más analítico. Ahora soy más cauteloso a la hora de alegrarme por algo en el ámbito profesional, porque sé que todo puede irse al traste por giros inesperados. Me he dado cuenta de la gran capacidad de adaptación que tengo y de que todavía tengo mucho potencial por sacar adelante. he llenado su mochila de experiencias que me han hecho más fuerte y resiliente y he entendido que no basta con tener un buen proyecto y una buena idea para salir adelante. Hacen falta suerte y contactos«.
De las cosas que se lleva de los años que lleva al frente primero de Nice To Eat You y después de Encantado de Comerte y de Coometas, dice que ha ampliado su zona de confort. «Cada día que paso al frente de una startup es un día que come terreno a la zona de no-confort, por eso la zona de confort se va haciendo más grande, en todos los aspectos. Esto es sin duda lo que me llevo. Me veo capaz de muchas cosas de las que antes dudaba«, analiza.
«Cuando emprendes, el equilibrio entre la vida personal y la profesional se lleva regular, sobre todo al principio. La carga emocional es enorme, te come las 24h del día. Por suerte se aprende a dejarlo de lado y a relativizar todo, pero es realmente complicado. Hay que saber separar la empresa de la vida propia y aprender a disfrutar incluso cuando la empresa no va como un tiro. Diría que al principio mal y luego se va aprendiendo«, dice con una sonrisa.