La importancia de no desperdiciar comida

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Tod@s tenemos en la memoria la voz de nuestros padres, la de nuestros abuelos… diciéndonos «en esta casa no se tira comida, termínate todo lo que tienes en el plato» y también «hay muchos niños en el mundo que no tienen tanta suerte y pasan hambre», ¿verdad? Y ya no sólo se trata del hambre en el mundo y del mal reparto de la riqueza a lo largo y ancho de la tierra, sino de la falta de responsabilidad. ¿Que te acabes todo lo que tienes en el plato va a significar que se termine el hambre en el mundo? No, desde luego que no.

No obstante, hay maneras de actuar y de aportar pequeños granitos de arena que harán montañas. La primera forma de hacerlo es con la educación: educando a nuestros hijos, pero también a nosotros mismos. Cómo hacer la compra adquiriendo sólo lo necesario, aprender y poner en práctica la cocina de aprovechamiento, elegir la mejor manera de conservar los alimentos para que duren más… Lo ideal sería comprar cada día lo que necesitamos, pero esto es claramente incompatible con la manera de vida moderna. Aún así, es posible hacer una compra consciente y responsable, enfocada al desperdicio cero.

No hace falta tener la nevera y la despensa llena de comida, como si estuviéramos acumulando víveres y provisiones para una guerra. De hecho, es posible que si miraras la cantidad de comida que tienes en casa, te dieras cuenta de que necesitarías varios meses para terminarla toda. Una cosa importante a la hora de no acabar tirando comida a la basura porque se estropea es la planificación.

Planificar las comidas, sin volverse loco, es una buena forma de saber qué vas a necesitar cada día y poder calcular cantidades. Además, si eres capaz de organizarte semanalmente, podrás cocinar todo o casi todo el domingo y así ganar tiempo para el resto de la semana, que podrás dedicar a otras cosas. Esta manera de hacer facilita también la cocina de aprovechamiento, porque unas cosas sirven para complementar otros platos o se aprovechan para hacer caldo o salsas.

Por otro lado y no menos importante, estaría cómo almacenamos los alimentos: poner delante los que tengan la caducidad más próxima, no juntar manzanas y plátanos con el resto de frutas, meter las zanahorias en tupes herméticos, etc. Esto es toda una ciencia, en la que ahondaremos en los próximos meses, porque es muy importante a la hora de conservar los productos en buen estado.

Dicho esto, no se trata sólo de comerse todo, que también, sino de saber comprar y conservar. La sociedad capitalista nos empuja a consumir con sus ofertas de 2×1, sus packs indivisibles, etc., pero muchas veces eso no se adecúa a la capacidad de consumo que tenemos. No dejarse llevar es importante.

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